Las últimas dos semanas me han recordado algo esencial: lo que importa no es solo moverse, sino avanzar. Aymapu, el #PapelAmigodelaTierra, llevaba años en una inercia cómoda. Los mismos clientes, las mismas tareas, la misma rutina. Estabilidad, sí, pero también inmovilidad. Esa inamovilidad que, como emprendedor, no solo te frustra, sino que te ahoga. Entonces apareció algo nuevo en el horizonte: la Inteligencia Artificial.
Para entender lo que ha significado esta experiencia, permítanme usar una metáfora. La IA es como una bicicleta. Al principio, cuando no sabes andar, te caes y dudas de si vale la pena. Pero una vez que logras avanzar, aunque sea unos metros, todo cambia. Hay quienes usan la bicicleta para moverse al trabajo, otros para entrenar, algunos para competir, y otros simplemente la dejan acumulando polvo. Sin embargo, todos los que pedaleamos compartimos algo: nos movemos. Y en un mundo donde la alternativa es quedarse estático, moverse es revolucionario.
Estas dos semanas he pedaleado. Con la IA, logré lo que parecía imposible: reencantarme con mi trabajo. Mejoré procesos productivos en Aymapu, reestructurar la web para automatizar el ciclo de venta, estructuré estrategias claras para la fundación y diseñé nuevos modelos de negocio basados en datos que, de otra manera, habría tardado semanas en reunir. En dos horas creé un video corporativo mientras me tomaba un café y veía mi serie favorita y todo con $0, pero mucho entusiasmo y creatividad, esa creatividad que se estaba oxidando.
La Inteligencia Artificial no es solo una herramienta. Es un cambio de paradigma. Al igual que la Revolución Industrial puso en jaque las condiciones de los trabajadores del carbón, la IA nos permite como emprendedores mirar nuestras propias condiciones y decir: esto no está bien. No está bien trabajar 20 horas al día, no está bien dedicar meses a un proyecto solo para verlo fracasar por falta de información. La IA nos da algo que parecía perdido: tiempo, esperanza y democratización de la información.
Pero no todos ven la bicicleta con los mismos ojos. Algunos la critican desde sus autos, otros desde la acera a pie. Siempre habrá quienes duden del valor de moverse. Lo que importa es que los emprendedores tenemos ahora un vehículo que nos permite avanzar más rápido, probar más barato, y equivocarnos menos. Si antes necesitaba un equipo completo para investigar, estructurar y ejecutar ideas, hoy puedo hacerlo yo mismo, en tiempo real, y a una fracción del costo.
Esto no es solo un avance técnico, es un salto hacia adelante para la clase emprendedora. Esa nueva clase social que, como los trabajadores de antaño, busca reconocimiento y mejores condiciones. Porque el emprendimiento no debe ser una penitencia, una historia de sufrimiento donde sacrificas tu vida en el altar del éxito. Emprender debe ser una fuente de libertad, de creatividad, de impacto. Y herramientas como la IA hacen que eso sea posible.
Hoy, Aymapu el #PapelAmigodelaTierra y Aymapu Family Foundation, tienen un camino claro. No porque mágicamente resolvimos todos nuestros problemas, sino porque encontramos un nuevo impulso. Si antes estábamos a pie, ahora pedaleamos. Y si pedaleamos lo suficiente, tal vez algún día lleguemos a volar.
Invito a todos los emprendedores a subirse a esta bicicleta. A experimentar, a caer y levantarse, a avanzar a su propio ritmo. Porque lo importante no es cómo te mueves, sino que te muevas. Y en un mundo que no espera a nadie, moverse es ganar.
Victor Velastino Dellacalle
Presidente de Aymapu Family Foundation
¡Qué potente reflexión Víctor! Transformar la inmovilidad en movimiento es un desafío constante para quienes emprendemos, y la metáfora de la bicicleta no podría ser más acertada. La Inteligencia Artificial, como bien mencionas, no solo nos da herramientas, sino también una nueva perspectiva: la de avanzar con propósito y eficiencia, sin perder el entusiasmo.
Me quedo con una idea clave de tu post: el emprendimiento no debe ser una penitencia, sino una fuente de libertad y creatividad. En un mundo donde el tiempo y la información son los recursos más valiosos, la IA nos regala ambos, democratizando posibilidades y permitiéndonos soñar en grande.
¡Muchas gracias por tu comentario! 🙌 Me alegra saber que la metáfora de la bicicleta resonó contigo. Emprender es justamente eso: aprender a pedalear, a caer y levantarse, pero sobre todo, a avanzar con propósito.
Tienes razón, la Inteligencia Artificial está democratizando herramientas y dándonos el recurso más valioso: tiempo para crear, innovar y soñar en grande 🚀. Es un camino que apenas comienza, y lo emocionante es que estamos pedaleando juntos hacia una nueva era de oportunidades.
Sería genial seguir expandiendo esta conversación. Si te gustó la columna, te invito a compartirla en LinkedIn para que más emprendedores puedan sumarse al debate. ¡Nos seguimos leyendo! 🚴♂️