El maltrato animal en nuestro país no es solo un problema de conducta individual, sino una vergonzosa expresión de una sociedad que aún prioriza la explotación sobre la compasión. La Ley Cholito, aunque un avance, es en gran medida un gesto simbólico en un país donde la fiscalización es insuficiente, los recursos estatales son escasos y la impunidad reina. Los rodeos y los canódromos , brutalmente disfrazados de tradición, son espectáculos de crueldad legitimada, mientras que en las calles miles de animales abandonados mueren de hambre, frío o violencia.
El impacto de este maltrato trasciende a los animales: refleja una sociedad que no prioriza la empatía ni la responsabilidad. En zonas rurales, animales de trabajo como caballos y burros enfrentan agotamiento extremo, mientras que en áreas urbanas los perros callejeros son víctimas de atropellos y envenenamientos. Además, el tráfico ilegal de especies silvestres sigue siendo una amenaza para la fauna nativa, agravando el problema
Las organizaciones animalistas y los refugios realizan esfuerzos heroicos, pero no pueden suplir la responsabilidad del Estado y la sociedad. Es vital crear conciencia pública y exigir políticas robustas que incluyan educación en respeto animal, campañas efectivas de adopción y sanciones ejemplares para los agresores. El cambio comienza con cada ciudadano que decide respetar la vida en todas sus formas.
El Estado chileno ha fallado en su rol de proteger a los más vulnerables. La falta de esterilización masiva, sumada a campañas públicas débiles y sanciones ineficaces, perpetúa el círculo de abandono y abuso. A esto se suma la indiferencia de sectores de la sociedad que justifican el maltrato como “costumbre” o lo ignoran por comodidad. Esta apatía colectiva no es solo un crimen contra los animales, sino una herida moral que Chile arrastra.
Si realmente aspiramos a ser un país desarrollado, no podemos seguir tolerando esta barbarie. Es hora de exigir políticas contundentes, penas severas y un cambio cultural radical que deje claro que el maltrato animal no es aceptable bajo ninguna circunstancia. Una nación que no respeta la vida de los más indefensos nunca será verdaderamente justa ni humana.
Es lamentable el fracaso del Estado en materia de protección. Felicitaciones por tu trabajo Carlos.
Da tanto para reflexionar y trabajar, la ley cholito es en términos vulgares aspirina para los animalistas y una burla hacia los animales en general, es una buena propuesta pero nadie es capaz de desarrollarla como se debe, no existe una fiscalización del cumplimiento de esta, las instituciones no se hacen parte de la solución, lamentablemente aún no existe conciencia de la crueldad animal y esta sociedad individualista no ve a los animales como seres sintientes, muy buena columna.
Este artículo denuncia la alarmante crisis de impunidad frente al maltrato animal en Chile y la necesidad urgente de fortalecer las leyes y su aplicación, y si te interesan los avances tecnológicos, visita Telkom University Jakarta para conocer sobre desarrollos en el transporte.